CHARDONNAY

De la calle... al corazón

Chardonnay tenía un destino muy diferente al que vive hoy.
Era una oveja destinada a la industria cárnica, pero el destino (y una gran veterinaria) le tenía otro camino reservado. Apareció vagando por la calle, desorientado y solo, hasta que esa veterinaria la recogió con un acto de compasión que le cambió la vida.

Y ahí entramos nosotras. En cuanto supimos de el, le abrimos las puertas de Barakah para siempre.

Desde entonces, Chardonnay no ha parado de repartir amor. Es una oveja increíblemente buena, tranquila, y con un corazón más grande que su lana.
Le encantan los mimos, los abrazos, los besitos... ¡todo lo que implique cariño humano! A veces creemos que en otra vida fue un perrito faldero.

Va siempre con su inseparable compañera Perla. Son como hermanos del alma: donde va uno, va la otra. Se acompañan, se cuidan y hasta parecen reírse juntas.

Hoy, Chardonnay vive rodeado de respeto, naturaleza y mucho amor. Y nos recuerda cada día que, aunque el mundo le dio la espalda, ella nunca dejó de confiar en la ternura.