LOBO
Lobito: El pequeño que lo cambió todo
Este pequeñajo es el culpable de que Barakah exista. Su historia marcó un antes y un después… y lo hizo en medio de uno de los momentos más duros de nuestra historia reciente.
2020, en plena pandemia. El mundo estaba paralizado, la gente aislada, y mientras tanto, muchos animales sufrían en silencio. Nosotras ya veníamos colaborando con otras asociaciones, y fue gracias a una de ellas que conocimos su caso. Aún vivíamos en Alicante. Lobito estaba en Valencia, encerrado en un piso junto a su hermana. Nadie les daba de comer, ni agua. El aviso llegó por los vecinos, alertados por el olor que salía del apartamento.
En plena pandemia, con todas las restricciones, movimos cielo y tierra para llegar hasta allí. Pero cuando por fin entraron… era tarde para una de las dos vidas. Su hermana ya había fallecido. Lobito, apenas un saco de huesos cubierto de pulgas, con la piel en carne viva y vomitando todo lo que comía.
Y fue también el inicio de todo.
Lobito nos cambió la vida. Fue ese empujón, esa injusticia que no podíamos dejar pasar, lo que nos hizo decidir: teníamos que hacer algo más grande. Crear un lugar donde ningún ser volviera a pasar por lo que él vivió. Barakah nació de ese momento, de ese dolor… y de su fuerza para sobrevivir.
Hoy, Lobito está completamente recuperado. Tiene el pelo brillante, los ojos vivos, el alma alegre. Corre, juega, recibe mimos… y nos recuerda cada día por qué hacemos lo que hacemos.
Siempre será el corazón de Barakah.