OPALO

De abandono a compañero inseparable

Ópalo llegó con nosotras cuando nos mudamos a Yecla, en el nuevo refugio. Fue dejado por los antiguos inquilinos en el recinto, otro abandono más que sumamos a nuestra historia.

Al principio, Ópalo era arisco y reservado, no se acercaba porque no nos conocía ni confiaba. Pero con paciencia y cariño, ha ido abriéndose poco a poco. Hoy, su lugar está junto a Aura, su inseparable compañera, y poco a poco se acerca más a nosotros, dejando ver ese lado dulce que siempre tuvo.

Ópalo es la prueba de que con tiempo y amor, incluso los corazones más recelosos pueden sanar y encontrar un hogar.